jueves, 18 de noviembre de 2010

Escuela Normal Superior Santa Teresita de Quetme


Recordaba a Quetame por haber sido una de las poblaciones más afectadas por el terremoto ocurrido en mayo de 2008. Con esta referencia en la mente, y sabiendo que buena parte de la vida del municipio gira en torno a la Normal, tenía gran expectativa por conocerlo y ver cómo se ha desarrollado la experiencia Uno a Uno.

La travesía estuvo caracterizada por la informalidad del servicio de transporte. Flotas que no cumplen horarios, rutas que se modifican caprichosamente… La cita se había concertado para las 9:30 am, y a pesar de los contratiempos del camino, llegué con escasos 10 minutos de retraso.

La Escuela Normal Superior Santa Teresita de Quetame está prácticamente a la entrada del pueblo, y no fue difícil dar con ella. Esta visita tuvo lugar el 4 de noviembre. Concertar esa fecha demandó por lo menos dos semanas de acuerdos. Había muchas actividades programadas previamente. Por ejemplo, durante los últimos días de octubre la agenda deportiva exigía la permanente presencia del rector Enrique Rojas para el arbitraje de partidos. Así, era evidente que la vocación cívica del rector dificultaba concretar una fecha para este ejercicio de seguimiento, de tal manera que él pudiera garantizar su presencia, así como la de profesores involucrados en el proyecto y la de los padres de los niños que participan en la experiencia. Pero la primera semana de noviembre sería diferente, y afortunadamente después de varias comunicaciones se puedo concretar el 4 de noviembre como la fecha en que todo estaría dispuesto para adelantar la visita garantizando el encuentro con todos los actores previstos.

Por ello fue sorpresivo llegar y no encontrar al rector, descubrir que de los cuatro docentes que debía entrevistar sólo estaba presente una profesora y que los padres no habían sido convocados. Gracias a la diligencia de la docente de informática, Mercedes Rozo, “se salvó” la agenda del día. Primero logró localizar al rector en la alcaldía. Luego, mientras se adelantaba la entrevista con él, conformó un grupo representativo de padres para hacer la entrevista con ellos. Y por último, hizo los arreglos para que al final de la jornada escolar, pudiera entrevistar a profesores que viven la experiencia del XO en el aula.

El proyecto nació en el marco de un convenio entre la Secretaría de Educación de Cundinamarca y Microsoft. Los estudiantes recibieron los computadores a mediados de 2009. Durante los primeros meses la experiencia contó con una asesoría externa permanente que brindó acompañamiento pedagógico a docentes y capacitación a estudiantes y padres familia sobre el manejo del equipo. La “Profe Paola”, la profesional que tuvo a su cargo dicho acompañamiento, es un referente constante durante las entrevistas. Durante su presencia la capacitación a los docentes fue intensa y permanente; los espacios de discusión y reflexión sobre lo que estaba sucediendo en el aula con los computadores y sobre lo que debería suceder eran algo del cotidiano; la motivación de los docentes tenía un impulso constante. De la misma manera que las entrevistas evocan ese dinamismo y entusiasmo iniciales, en ellas se percibe que el presente no conserva esa fuerza y que la rotación de docentes posterior al acompañamiento externo inicial influyó en el debilitamiento de las condiciones favorables iniciales.

El rector destaca que desde que los XO se instalaron en la Normal de Quetame se ha incrementado la demanda de matrícula y se ha registrado un descenso de la deserción escolar. Así mismo, resalta orgulloso que a los pocos meses de haber iniciado la experiencia, una docente ganó la opción de representar internacionalmente a la Normal en un evento en la Argentina, gracias a un proyecto desarrollado en el marco de la experiencia Uno a Uno.

El impacto de este proyecto ha llegado hasta las sedes rurales de la institución a través del aula móvil o itinerante. Todo esto también ha estimulado a la Normal para gestionar más innovaciones en la línea de la TIC’s, al punto que próximamente se dará vida al proyecto “Sendero Tecnológico”.

Los padres de familia destacan el cambio positivo que han tenido sus hijos con relación a la responsabilidad. Atribuyen este cambio al hecho de que los niños se han visto obligados a adquirir rutinas en torno al computador, como la carga de los equipos todas las noches, y rutinas de limpieza y mantenimiento. La actitud responsable hacia el equipo se ha extendido hacia otros objetos como el celular o la memoria USB, objetos que antes se dañaban o perdían con mucha frecuencia y ahora no. Los padres también celebran que los niños les han enseñado a usar el computador y que comparten con ellos algunos juegos y programas, así mismo, señalan que ahora pasan más tiempo en la casa; en otras palabras, “¡el XO acabó con la callejeadera!”

Tanto en el encuentro con los padres como con los niños surgió un tema inesperado. Se trata de la “tenencia” o “pertenencia” de los equipos para los niños que actualmente están cursando grado 6º. Afirman grandes y chicos que el año pasado, cuando los niños (que entonces estaban en 5º) recibieron los equipos, se firmó un acta según la cual éstos quedarían en manos de los niños en la medida en que ellos finalizaran su año escolar en el 2010. Y dicen también que al finalizar el año pasado el colegio recogió los computadores para hacerles mantenimiento, pero que al comenzar este año no se los entregaron de nuevo. Las preguntas reiteradas son si el año entrante estos niños van a recuperar los equipos, y que si los niños que actualmente cursan 5º también van a perder sus equipos.

Al final de la jornada, la visita terminó habiendo cumplido
Evidentemente este tema se salía de mi “guión”. A juzgar por la información suministrada por el rector y los docentes, la Normal se ha planteado llevar la experiencia del grado 2º al 5º. En este sentido, ni el grado 6º ni el 7º estarían impactados. Sin embargo, salta a la vista que el tema no ha sido suficientemente discutido y aclarado; y que los espacios e instancias para hacerlo parecen no haber sido activados.

todo lo previsto y con el riesgo de perder la última flota para Bogotá. Afortunadamente, esto no pasó de ser un riesgo.